Bienvenidos
(Texto tomado en su mayor parte de la Iglesia de Cristo en Madrid)
LA
IGLESIA DE CRISTO se rige por los principios de la Biblia. Somos simplemente
cristianos.
Queremos
agradecerle su interés por nosotros. Esperamos que, si este es su primer
contacto con la Iglesia de Cristo, sea satisfactorio para usted. Es nuestro
deseo que a través de estas páginas encuentre la ayuda o el conocimiento que
pueda estar buscando.
Nos
congregamos para adorar y alabar a Dios. Nuestro deseo es que Cristo sea una
realidad en nuestras vidas y en la de todos aquellos que, a través de nosotros,
puedan llegar a conocerle. Aspiramos no solamente a tener de Jesús un
conocimiento intelectual, sino a que Él pase a formar parte de nuestras vidas
de tal forma, que podamos decir al igual que el apóstol Pablo: “Ya no vivo
yo, sino Cristo vive en mi”.
Deseamos
que usted pueda encontrar en el púlpito de nuestra iglesia toda la Palabra de
Dios y todo el Amor de Jesús en la vida de todos y de cada uno de los que
formamos parte de ella.
Es en
este ideal, en el que queremos servir a Dios y a todos los que con sinceridad
de corazón le buscan. Las puertas de nuestra iglesia están abiertas para usted.
Las
creencias de la Iglesia de Cristo se resumen en los puntos que a continuación
detallamos
Declaración de Fe de la Iglesia de Cristo
•
Creemos en la existencia de Dios, eterno, infinito, sin principio ni fin.
• En
la plena divinidad de Cristo.
• En
la divinidad del Espíritu Santo.
• En
la revelación de Dios en tres personas distintas, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
en igualdad de esencia y con funciones diferentes.
• En
la inspiración total de la Biblia, desde Génesis a Apocalipsis.
• En
la creación natural, animal y humana por parte de Dios en seis períodos de
tiempo, siendo cada acto creativo directo e independiente.
• En
la inocencia original del ser humano, que se mantuvo hasta el momento de la
caída.
• En
la exculpación del recién nacido. El niño no hereda el pecado original. Cristo
dijo que de ellos, de los niños, es el reino de los cielos. Si bien en su
naturaleza está el germen del pecado, que sólo se desarrolla cuando es dueño de
su voluntad.
• En
la condenación del hombre que en su estado natural ha desarrollado las
potencias del pecado y permanece alejado de la Gracia de Dios.
• En
el deseo expreso de Dios de que todos los hombres sean salvos y lleguen al
conocimiento de la Verdad divina.
• En la
encarnación de Cristo con fines redentores, para tender un puente de
comprensión entre el cielo y la tierra.
• Que
Cristo fue concebido en el vientre de María por la acción del Espíritu Santo. A
María se le concedió el privilegio de ser la madre de la naturaleza humana de
Cristo, puesto que el Verbo Divino existía desde la eternidad.
• En
la vida perfecta de Cristo en la tierra, cuya existencia se desarrolló sin
haber cometido un solo pecado.
• En
los padecimientos, muerte, resurrección y ascensión de Cristo, todo ello a fin
de redimir a la raza humana.
• En
el sacrificio de Cristo, con plena suficiencia en sí mismo para la salvación
del pecador.
• En
el plan divino para la salvación del hombre, consistente en la fe, el
arrepentimiento, la confesión y el bautismo por inmersión.
• En
el gobierno congregacional de la Iglesia, que reside en la independencia
jerárquica de las congregaciones, gobernadas por los oficiales elegidos a nivel
local.
• En
el culto a Dios durante el primer día de la semana, que consta de cánticos,
oraciones, ofrenda, impartimiento de los elementos conmemorativos de la última
cena celebrada por Cristo y exposición de la Biblia.
• En
la segunda venida de Cristo en gloria.
• En
la resurrección y transformación de todos los muertos.
• En el
arrebatamiento de la Iglesia para recibir al Señor en el aire.
• En
el gran juicio de Dios en la eternidad.
• En
los estados eternos de cielo e infierno, salvación y condenación.
• En
la unidad de todos los cristianos bajo la única autoridad de Cristo y la
restauración de la Iglesia a su primitiva doctrina novotestamentaria
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