martes, 18 de diciembre de 2018

Edgar Morin: vivir para vivir









 


La frase “vivir para sobrevivir” no es bíblica, sino una realidad del mundo de hoy. La Escritura enseña la manera de vivir para poseer la tierra, para vivir en concordia desde la mansedumbre, para alcanzar la sabiduría cuyos caminos son deleitosos y todas sus veredas paz (Pro. 3:17). Edgar Morín, pronunció un conferencia en la universidad de Valencia el día después de los acontecimientos del 11-M y decía: “Hoy día, el desencadenamiento sin límites de la violencia a nivel planetario ha culminado en un ciclo infernal, en el que el maniqueísmo alimenta la violencia; violencia que, a su vez, alimenta el maniqueísmo. El fanatismo alimenta la violencia que alimenta el fanatismo . No podemos caer nosotros y nuestro odio a la violencia en un maniqueísmo simétrico al maniqueísmo que nosotros rechazamos .” La propuesta de Morín es añadir algo de poesía que eleve por encima de lo prosaico, hacia un modo de vida en la participación, la comunión, la danza, el canto, la fiesta y sobre todo el amor, para transfigurar la vida prosaica hecha de tareas utilitarias o técnicas, en un vivir para vivir y no solo para sobrevivir.
Edgar Morin denunció también en un manifiesto, hace un año en el diario “Le Monde”, el conflicto palestino-isaraelí, del que se le acusó de antisemitismo y racismo, cuando en realidad solo intentaba entender el fenómeno de porqué unos jóvenes eran llevados a convertirse en kamikazes de Alá el Misericordioso. Morin que desciende de una familia de judíos expulsados de España, que llegan a Salónica, siendo deportados en su mayoría durante la Segunda Guerra Mundial, no puede ser un antisemita por ser sensible al sufrimiento de los palestinos. Pero también ha dicho que “lo peor es ver regresar la idea bárbara de responsabilidad colectiva, que castiga a una familia, a una población, del crimen o supuesto crimen de una persona o un Estado. Una responsabilidad colectiva a nivel planetario por la que los civiles españoles deben pagar con su muerte la muerte de civiles iraquíes.
Otro de los lemas de Morin es el de resistir a la crueldad del mundo. Es el poner la otra mejilla cuando ya te han roto una, “ y al que te quite la capa, ni aún la túnica le niegues” como dijo Jesús en Lucas 6:27-36. “ Debemos pensar en preparar, siguiendo las ideas de Gandhi, una política no violenta. Ésta es la tarea de nuestro siglo... Lo que podemos hacer es introducir en la educación el modo de pensamiento que permita superar las visiones mutiladas, ciegas, las tendencia a la autojustificación constante y al desprecio hacia el otro. Por esta razón, me parece que el modo de conocimiento complejo es un modo de conocimiento que permite situarlo todo en su contexto, que permite reconocer al sujeto humano, que considera la solidaridad entre todos los componentes de nuestras realidades. Un pensamiento que religa las informaciones, que religa los hechos, que muestra la sociedad en su conjunto, que los individuos no están constituidos de forma separada, sino que constituyen una totalidad. El conocimiento complejo que muestra la solidaridad entre las realidades sociales puede ayudar a regenerar las solidaridades entre humanos, a regenerar nuestras posibilidades de comprensión, de amistad. En suma, un pensamiento complejo es un pensamiento que demuestra las necesidades humanas de responsabilidad y de solidaridad”.
El mundo que nos toca hoy vivir tiene que dar un giro completo no solo hacia la no violencia, sino hacia el desmantelamiento de todas las locuras planetarias, que en nombre de la globalización, del orden mundial basado en una monoétnia o de la “revolución”, usan todas las armas del poder. Morin es un experto en complejidades y sabe muy bien que este cambio supone un proceso lento, pero sus teorías han dado ya algún fruto. En Francia por ejemplo, se está produciendo la reforma de la Universidad y en “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro” o “La mente bien ordenada” no se proclama una enseñanza laica sino que se hace hincapié en la inseparabilidad de los aspectos físicos/biológicos /sociales de los fenómenos.
El diagnostico de Morin sobre el mundo de hoy, coincide con el diagnóstico de Dios en la Escritura. Donde los hombres esperaban encontrar logros, revelaron los males, problemas periféricos se han convertido en centrales, problemas privados o existenciales se han convertido en politicos, problemas que no eran económicos deben hallar soluciones económicas. “Estos problemas -dice Morin- son los que hicieron surgir el revés de la individualización, el revés de la tecnificación, el revés del desarrollo, el revés del bienestar. Dice el salmo 90: 3 “Vuelves al hombre hasta ser quebrantado y dices: “Convertios, hijos de los hombres” Esta sigue siendo la realidad a la que tiene que enfrentarse todo hombre.
Manuel de León es escritor, historiador, y director de "Vínculo"
(revista de las Iglesias de Cristo de España).

© M. de León, Asturias, España.

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