lunes, 24 de diciembre de 2018

¿Quién abusa de la religión?










Hay dos quejas continuadas que aparecen estos últimos meses en las agencias de prensa como la ALC y ZENIT (evangélica una y la otra católica) donde ambas se refieren al abuso que se hace de la religión. Nada de esto es nuevo. Por una parte está el poder mediático y embaucador que ejerce Roma, en esa interminable orgía de espiritualidad en la Plaza de San Pedro, con un Papa muy respetable pero muy útil para mantener el status del misterio religioso, formando un tótem sagrado mas cercano a los dioses que a la dura pobreza y realidad de la tierra. Por otro aparecen, especialmente en América, los múltiples colores de un pentecostalismo que también ha surgido en la iglesia católica pero que se hace mas visible en el protestantismo. Es una minoría, cuya masa activa es mayoría, pero que desde las instancias del Estado se le ponen toda una serie de trabas.

¿Se puede llamar abuso al crecimiento masivo del protestantismo, solo por crecer, por acercarse a los pobres, por liberar mentes cautivas de tradiciones y la lucha de clases? En Perú, por poner un ejemplo, la discriminación del Estado a favor de la Iglesia Católica, siempre se hace en perjuicio de la Iglesia Evangélica y las minorías religiosas, como lo fue en España y en la práctica lo sigue siendo aún hoy. El Presidente Toledo, un hombre de la modernidad, ha sucumbido a la firma de decretos que favorecen exclusivamente a la Iglesia Católica.
Aquí en España la Constitución no es confesional pero la discriminación es evidente aunque sin violencia. Como alguno ha dicho, seguimos siendo un pueblo de pobres y de jóvenes todavía sin esperanza, porque aún no es posible la paz religiosa en el contexto de la justicia, la libertad y el amor. Los Concordatos del Estado con la Sede romana atenazan y anulan, de facto, cualquier intento de reivindicación de derechos y mantienen al Estado en continua dejación de sus deberes. Se mantiene una contribución a la Iglesia Católica cuando se le debería haber quitado hace años, según las leyes vigentes. Pero la Ley no se cumple y se pisotea, en aras del respeto que el pueblo español tiene una gran tradición católica. Algo que sin duda es mentira, porque mas que tradición católica, lo que los reyes catoliquísimos trajeron fue la férrea imposición de las ideas católico-romanas a un pueblo diverso en cultura y dialogante en religión. En años mas recientes, es un hecho histórico que la actitud de la Iglesia de Roma, para todos los españoles (hasta de los mas ofuscados y fanáticos) fue de hostilidad a la República, no colaborando con el poder público y en vez de orientar y llamar a la razón, hostigaron para la desobediencia ciudadana. Muchos falsarios de la historia seguirán disculpando y agrandando las tintas en los conventos quemados(lo cual es una triste historia) y tantos sacerdotes muertos a manos de ira de los oprimidos, pero la realidad es que el abuso de la religión catolico-romana, salvo raras excepciones como las de monseñor Tedeschini, el cardenal Vidal y Barraquer o el obispo Mújica, es un hecho contrastado, y después de la guerra civil la jerarquía careció de la mas mínima piedad.
En la actualidad, lo que mas le duele a la Iglesia Católica y por lo que sigue sacando sus garras poderosas, es la realidad de un mundo evangélico hispano en continuo crecimiento e imposible de parar. El libro de Manuel Guerra “La invasión de las sectas en el mundo hispánico: una guía” publicado por la Universidad de Navarra, lo que hace es poner a las “denominaciones evangélicas” (sectas para él, porque no pueden todavía entender un Evangelio hablado universalmente y en su diversidad de formas) catalogadas, ubicadas y definidas, como paso previo para la persecución sistemática. Porque donde se dan datos y tantos por ciento, no son en las sectas muy diluidas del budismo, hinduismo, shintoismo, afroamericanas, mágicas o espiritistas..., la preocupación son los datos evangélicos. Como alguno ya ha replicado “ los partidarios del monopolio religioso romanista hablan de invasión de sectas en esta Era Neorreligiosa y secularista, mientras ellos mantienen sus brigadas en continua alerta. Dice Manuel Guerra : “Piénsese que, según algunas fuentes, el 15,4% de los brasileños (unos 25 millones), el 25% de los chilenos, el 31% de los guatemaltecos, etc., se han pasado al pentecostalismo. Ya sé que un gran número de pentecostales son evangelicales y los principales difusores del fundamentalismo protestante. Pero un buen numero son sectas en el sentido técnico de este término y, por lo mismo, no cristianos, entre ellos se encuentra la Asamblea pentecostal del mundo, la Iglesia pentecostal unida, todas las unitarianas, etc.”
Esto de “evangelicales”, en un experto en sectas como es el señor Guerra y de añadir algunas desviaciones, al lado de un hecho tan importante en la historia de las religiones como es el fenómeno pentecostal, es la siempre “inocente” forma de manipular, poner el objetivo y después disparar. Sin embargo no debemos asustarnos porque después aparecerá otro libro sobre ecumenismo que disimulará las malas intenciones y ya no verá tantos peligros en las sectas “evangelicales” para seguir manteniendo aquello del palo y la zanahoria.
El abuso de la religión, del misterio de Dios, del poner el nombre de Dios en vano, es de lo mas condenable. El mundo moderno, desde la Ilustración, ha reclamado la mayoría de edad del hombre, ha dejado la esfera de la intimidad abierta al soplo del espíritu. Ya no debería haber cadenas de dominación y despotismo en las conciencias. Ya tiene el hombre bastante con su pecado, con su desorientación, con sus errores y frustraciones como para que vuelva la religión a abusar y poner losas pesadas a sus espaldas. ¡No me gustan los abusadores!

Manuel de León es pastor, Presidente del Consejo Evangélico de Asturias, ha dirigido la Revista "Asturias Evangélica" y ha publicado “ORBAYU" una revista de investigación histórica, cultural y sociológica del protestantismo en Asturias

© M. de León, 2003, Asturias, España.

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