sábado, 22 de diciembre de 2018

Los diseñadores del orden.











 Manuel de León.- marzo 2004

El terrorismo es la otra cara del orden que globalmente se pretende instaurar. Los diseñadores del orden internacional buscan cómo eliminar esa lacra  terrorista que ya no solo es instrumento de los disidentes políticos, ni de las ideologías utópicas sino también de los que defienden la diversidad cultural y los derechos mas elementales. Cuando el dolor aflige a una nación, porque algunos de sus hijos han caído en las crueles y despiadadas garras de los sembradores del espanto y el pavor, son muy difíciles de analizar las razones del terror. Sin embargo tenemos que preguntarnos todos si los conceptos clásicos de soberanía, si las integraciones parciales o excluyentes, si los poderes fácticos de los bloques militares, políticos o comerciales van a ser capaces de dar respuesta global a los apremiantes problemas de los oprimidos. Desde nuestra visión pesimista del hombre creemos que no. Es necesario que el hombre se sienta criatura nueva, que sea engendrado por Dios para ser de nuevo hecho hijo suyo, y desde esa dignidad solo podremos tener un mundo mejor.         
            Cuando en el diseño global no entra Dios, en vano trabajarán los que edifican. La tierra y los seres humanos que la pueblan, aunque eliminasen el terrorismo, tendrían nuevos motivos para ver el mundo resquebrajarse. No solo los terroristas escupirán su locura y matarán gente, sino que los mismos efectos harán sangrar a familias enteras cuando los narcotraficantes descarguen sus fardos de muerte. La ley Friedman sobre la libertad de las drogas, en lugar de control o prohibición, nadie la puede creer. Y en este caso habrá que pensar en el efecto dominó de quienes se mueren de hambre porque sus materias primas  son tiradas de precio por los monopolios y necesiten recoger hoja de coca que es mas rentable.
También la destrucción de medio ambiente, mata. Los que contaminan, matan. Los peligros en los ecosistemas, los riesgos de la biodiversidad, la erosión y desertización de la tierra, la energía nuclear, son manifestaciones de un peligro real para la humanidad. Aunque se imponga el concepto de Deuda Medio Ambiental o se formen consejos de Seguridad Ambiental, la crisis se mantendrá mientras el poder lo detenten los mismos.
Una larga lista de terroristas de la tierra aparece cuando miramos el mercado de armas, con su alta tecnología preparada para matar. Los  millones de minas que matan inocentes o los dejan lisiados, la liquidación de armas biológicas y de alta letalidad o la bomba atómica de bolsillo, nos llevan  de la leyenda a la mas cruda realidad. Pero hay otras realidades que no explotan, pero que provocan desajustes y las mareas humanas sufren. Muchas de las tesis del economista Lester Thurow para quien los fundamentalismos se producen en los países islámicos por la inseguridad que engendra la globalización, son profecías autocumplidas
            En Isaías, 45 hay unos textos impresionantes sobre la soberanía y control de Dios sobre las cosas. Dios usa a Ciro, rey poderoso y no creyente en Dios, y le dice: “Yo iré delante de ti y enderezaré lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce y cerrojos de hierro haré pedazos. Y te daré los tesoros escondidos y los secretos muy guardados para que sepas que yo soy Jehová......... que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto” Cuando vemos las mafias internacionales de la  corrupción, las diferencias tan abismales entre ricos y pobres, las riadas humanas de inmigración con los conflictos de xenofobia y crisis de identidad, los terrorismos de Estado o de guerrillismo en América Latina o de fundamentalismos religiosos ¿nos extrañaremos de que Dios permita la adversidad para que nos demos cuenta de que Él no es ajeno a este mundo?
            Algunos consideran que la opresión es la ecuación trágica entre terrorismo y religión fundamentalista. Sería esta formula demasiado frívola pero podría enunciarse en estos términos: opresión mas religión igual a terrorismo. No porque la religión en este caso sea el opio del pueblo sino todo lo contrario, una fuerza de liberación y de quebrar cadenas y yugos. Los diseñadores del orden mundial tendrán que tener en cuenta a la religión en su sentido iluminador y, no tanto ese otro donde la pasión religiosa reduce a Dios a la estatura de un pigmeo al que hay que defender. Muchos de los terroristas creen que sus obras les salvarán y morir en la jihad es un pasaporte hacia el cielo. Sin embargo los cristianos no mantenemos la teología de la gloria sino la de la cruz. No consideramos que matar a los no creyentes sea una obra grande y noble que nos llevará a la gloria, sino todo lo contrario. Los creyentes cristianos encontramos en la cruz de Cristo el motivo para la paz, para el perdón, para la entrega a los demás. La espiritualidad que da origen al terrorismo tiene unos componentes mas allá del martirio y son el legalismo y la teología de la gloria. La teología de la cruz solo engendra agradecimiento y concordia entre los hombres.



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