martes, 18 de diciembre de 2018

Glosolalia y liberación de espíritus en el pueblo gitano.








Septiembre 2003

Contextos de conversión, cambio económico y cultural del protestantismo gitano en la Baja Andalucía es una aportación de la universidad de Sevilla bajo la dirección de la doctora Manuela Cantón, cuyas investigaciones comenzaron en 1998. El trabajo se ubica en Andalucía pero podríamos considerar  extensivo este análisis a toda España. Es uno de los pocos trabajos sobre el protestantismo, mientras existen infinidad de libros estudiando el nacional-catolicismo y la transición religiosa que, aunque algunos consideremos no realizada aún dicha transición, dio lugar a la ley de Libertad religiosa y posteriormente a los Acuerdos con el Estado. La glosolalia o el don de hablar en lenguas desconocidas, en este estudio, es colocado como un elemento productor de la identidad étnica gitana y el cambio cultural. Sin embargo, en lo que conocemos del pueblo gitano, la identidad étnica está producida por otros componentes tradicionales, los mercadillos, chatarrería, etc. como medios de vida, y sin duda por los cultos evangélicos, pero no exclusivamente por la glosolalia.
Ignacio R. Mena Cabezas  autor de un mesurado articulo publicado en Gaceta Antropológica, dice que trata de focalizar su estudio en el don de lenguas y en la liberación de espíritus, como “un nuevo agente en competencia por el control de la manipulación simbólica de las conductas, las visiones del mundo, el cuidado del cuerpo y las almas”. Reconoce el autor que los gitanos han sido siempre un colectivo marginado, estigmatizado y que sufre el racismo, aunque se vean detalles y gestos políticos por parte del Estado que son mas un deseo de integración y trato de asistencialismo paternalista, que una verdadera política de aceptar las diferencias gitanas. Creo, personalmente, que el movimiento evangélico gitano ha prosperado  en España porque el catolicismo lo abandonó, como, así mismo, las grandes obras sociales evangélicas enfocadas a la rehabilitación de los drogadictos y marginados han tenido este éxito popular, porque el catolicismo dejó estos trabajos mas indeseables. Donde los evangélicos hemos tenido puertas abiertas, allí hemos realizado una buena labor evangelizadora y filantrópica.
Todos estamos de acuerdo en que el pentecostalismo tiene unos componentes de espontaneidad afectiva, de libertad de los cultos, de sensualidad emotiva y de participación personal que combinan muy bien con la idiosincrasia gitana. De la misma manera, diríamos que la glosolalia y la liberación de espíritus encaja mejor en su espíritu supersticioso y agorero. Sin embargo, no estamos muy de acuerdo con el estudio cuando afirma que el mismo pentecostalismo estigmatiza al movimiento gitano, siendo hostil a la autonomía que este practica respecto al pentecostalismo “payo”. Desde el protestantismo español no creemos en esa autonomía religiosa, porque en cualquier acto interdenominacional  y al que hayan sido invitados los evangélicos gitanos, encontramos respuesta amplia y positiva. Si queremos una integración y una convivencia positiva del pueblo gitano entre los evangélicos payos, hemos de dejarlos a “ su aire” y a medida que nos conozcamos más, tendremos una fraternidad mas afín.
Dice el excelente estudio de Ignacio Mena, que si bien la glosolalia es una manifestación aparentemente libre e individual, sin  que se ejerza un control por parte del pastor, en la liberación de espíritus y exorcismos son los pastores y ancianos de la iglesia los que discriminan y disciernen con cautela esta práctica. Citando a P. Sanchiz en Religión y Cultura, Sevilla, Consejería de Cultura, vol. 1: 385-394 “es importante señalar que mientras el don de lenguas no requiere de rituales específicos más allá de la propia dinámica emotiva y espiritual de las oraciones, coros y alabanzas de los cultos, la liberación de espíritus transcurre en momentos excepcionales y específicos, normalmente asociada a rituales de "sanación" o curación milagrosa”
En este aspecto hemos de denunciar determinadas prácticas semiprivadas o públicas que ejercen un férreo control psicológico sobre “los aleluyas” mas susceptibles y sin una fundamentación bíblica. Los discursos subliminales, el continuo abuso de la sanación, (porque todos los días tenemos algún dolor nuevo), está haciendo girar los cultos sobre fundamentos mas médicos que bíblicos, convirtiendo a Dios en  el “tapaagujeros”  que decía Bonhöffer.
No puedo dejar de citar la sensación que saca este antropólogo del pentecostalismo gitano: “La metodología de salvación que supone el renacimiento personal se orienta también a la ética del trabajo, a las relaciones sociales y a la vida cotidiana. En el caso de los conversos gitanos la nueva ética del trabajo afecta de lleno a un sistema económico basado en relaciones de correspondencia con el sistema de parentesco: participación en las estrategias productivas de toda la unidad doméstica y cooperación coyuntural entre parientes. Las actividades fundamentales son la venta ambulante y actividades alternativas o subalternas como temporeros agrícolas y recogida de productos de reciclaje urbano. En todas ellas el pentecostalismo promueve la honestidad en el trabajo, el cálculo "racional" de las inversiones, evitar gastos en alcohol, tabaco, juegos o fiestas. Al mismo tiempo se rechazan actividades conflictivas con el entorno social gitano o payo, como drogas, hurtos, fraudes,etc. Todo ello resulta de suma importancia si tenemos en cuenta los contextos de exclusión social en los que residen muchos de los gitanos conversos: barrios sin apenas infraestructura urbana, pobreza, analfabetismo, problemas derivados de las drogas: delincuencia, mafias, enfermedades, etc.”  ¡Bien por el pueblo gitano, pero aún lo soñamos mejor!.

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