sábado, 15 de diciembre de 2018

Critica bíblica en E. Renan



 
 
 
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A mi modesta opinión, creo que Ernesto Renan hace una crítica histórica de los orígenes del cristianismo menos despiadada que lo haría posteriormente Bultman. Para Bultman el bosque no deja ver al árbol, todo está distorsionado sobre la vida y persona de Jesús. La disección racionalista de Bultman no entiende el milagro, como tampoco Renan, pero este cree que la conciencia es un milagro porque es un misterio absoluto su funcionamiento, todo ser es un milagro porque el origen de la vida es un problema sin solución. Lo que lamenta Renan es la “santa simplicitas” el dejarse en la ignorancia, en la poca crítica y en la falta de un método de duda sistemática. El Dios bíblico no está en la tormenta, sin embargo los que ven a Dios en la tormenta y le temen, no hace falta que lean obras escritas en sentido diferente. Renan sin embargo no quiere ser considerado para la historia como polemista, sino el hombre abierto a la gran curiosidad, a descubrir el matiz exacto de las leyes de la naturaleza, a la indagación y erudición puras.

Entre las profecías de Renan sobre el protestantismo y catolicismo intuye algunas cosas que se refieren al estancamiento del número de fieles en uno y otro lado. La proporción no variaría, pero sí en la clase de creyentes que tendría cada familia religiosa. En ambos casos habrá creyentes absolutos como en la Edad Media y otros que sacrificarán la letra y se atenderán al espíritu. Este tipo de creyente “espiritualista”, que entiende las palabras como espíritu y vida, será el que acabará por fusionarse por completo con las demás familias cristianas. Es lo que hoy diríamos ecumenismo cristiano. Según Renan, el ecumenismo no brotó en la Reforma, aunque esta no quisiese la ruptura con Roma. No fue propiciado por la Reforma del siglo XVI porque el renacer del mas rígido espíritu cristiano creó la secta, la iglesia separada. Como reacción a los Luteros y Calvinos llegaron cargados de santo celo y de espadas los Caraffos, los Ghislieris, los Loyolas y los Felipe II. Si la Reforma sabía que la salvación era posible para todos y en todas las partes por la fe, ¿porqué se llegó a esa ruptura abierta? Renan cree que las costumbres modernas harían impotentes aquellos odios, máxime si entendemos la Iglesia, como iglesia invisible, en cuyo seno encierra a los santos excomulgados, a las mejores almas de cada siglo. “Los desterrados de una Iglesia, son siempre sus elegidos, se anticipan al tiempo y el hereje de hoy es el ortodoxo del porvenir- dice Renan-”
No puedo dejar de comentar en este breve artículo, que es mas de crítica literaria que de crítica bíblica, el constante interés de Renan por el cristianismo. Dice: “Gocemos de la libertad de los hijos de Dios; pero evitemos al ser cómplices de la disminución de la virtud que amenazaría a nuestras sociedades si el cristianismo llegara a perder terreno. ¿Qué seríamos sin él?... Después de todo nuestra disidencia con las personas que creen en las religiones positivas es científica únicamente; pero con el corazón estamos con ellos y tenemos un enemigo que también es el suyo: me refiero al materialismo vulgar, a la bajeza del hombre interesado”.
En este contexto nos podemos preguntar ¿Es el pensamiento de Renan puro humanismo?¿ Está todo reducido a la pura razón, a un modelo de fraternidad que nos libre de comernos los unos a los otros?¿ Es que el espíritu cristiano que observa Renan va mas allá de lo ético y de las virtudes del sermón del Monte? Creemos que la armonía que propugna Renan va mas en el sentido de no matar a la ciencia en nombre de Dios, que buscar en Dios los resquicios por donde asoma su poder y deidad. España murió de alguna manera a la ciencia y al progreso cuando se propuso matar al mundo musulmán, judío y protestante; por esta causa Renan no quiere que su racionalismo quiera gobernar el mundo sin tener en cuenta las necesidades del alma. Pero también acusa al protestantismo en ciertos países protestantes, donde el aburrimiento, la estupidez y la medianía son el castigo por haber suprimido el arte y reducido la ciencia a algo mezquino, bajo pretexto de buen sentido y de espíritu cristiano.  

Manuel de León es pastor, Presidente del Consejo Evangélico de Asturias, ha dirigido la Revista "Asturias Evangélica" y ha publicado “ORBAYU" una revista de investigación histórica, cultural y sociológica del protestantismo en Asturias

© M. de León, 2003, Asturias, España.



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