Que el hombre es un animal mal dotado, se ve a simple
vista si nos comparamos con el resto de los animales. Su vista es débil, su
olfato y su oído muy inferiores, casi sin uñas, desnudo y por tanto muere de
frío y calor mas fácilmente, etc. Biológicamente el hombre no tendría derecho a
la vida y debería haberse extinguido como tantas otras especies. Sin embargo es
el dueño de la naturaleza, ha quitado de encima a animales peligrosísimos y
violentos que con solo un zarpazo nos harían desaparecer. El hombre ha cambiado
la faz de la tierra convirtiendo a los animales en sus servidores y se teme que
su existencia se multiplique en exceso. La pregunta surge de inmediato ¿Qué es
lo que le ha hecho el animal mas inteligente de la escala biológica? Sin lugar
a dudas la palabra. El hombre es el único ser que habla, razona y progresa.
El evangelio según Juan
comienza con estos versículos: “En el principio era el Verbo y el Verbo
estaba con Dios y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas
las cosas por él fueron hechas y sin él nada de lo que ha sido hecho fue
hecho”. Todos sabemos que Verbo es la Palabra. El término griego Logos todavía
añade el concepto de cálculo y discurso y Platón la emplea como la
manifestación del pensamiento a través de la palabra. Según este evangelista la
creación de Dios emana de la palabra y esta misma palabra se hace carne en la
persona del Hijo, Jesucristo. El libro del Génesis expresa la misma fuerza
creadora de la palabra. “ Dijo Dios haya luz y hubo luz... Dijo Dios haya
firmamento en medio de las aguas... y fue así”. El universo entero adquiere
coherencia por la palabra de Dios.
Sin embargo, para los evolucionistas, Dios no crea al
mundo con su palabra, sino que el concepto primigenio de “Dios” lo forma el
mismo hombre con la palabra. A medida que el hombre va adquiriendo con la
palabra mayor abstracción, “Dios” aparece como concepto útil e ingenioso para
resolver el problema existencial. Para Vygotsky y Luria con solo verbalizar el
vocablo correspondiente al concepto “Dios” el mundo visible y el invisible se
unen por un hilo de coherencia que explica lo desconocido y abre puertas de
esperanza para que pueda sobrevivir el mundo físico y el metafísico. El poeta
soviético Osip Emilevich también dejó clara la capacidad de las palabras cuando
escribió: “He olvidado la palabra que quería pronunciar y mi pensamiento,
incorpóreo, regresa el reino de las sombras”
Pero la necesidad de infinito que el hombre mendiga,
consciente de su mortalidad y finitud, es algo que no resuelve la palabra, el
pensamiento, la abstracción. El hombre
sigue preguntándose cual es el sentido de su vida y cual será su fin. Desde
Platón se sigue buscando una solución al enigma y se ha llegado a decir que la
solución es identificándose con causas superiores a él, como la humanidad o la sociedad. Pero esto en
vez de resolver el enigma lo agranda, porque la muerte, se lleva consigo la
abstracción de universo y humanidad. Para Sartre el hombre sigue siendo un
error de la naturaleza, una criatura mal hecha, una pasión inútil. Es pues un
enigma que no puede resolverse.
Cierto es que casi todos están de acuerdo en qué puede
consistir la solución. Sin duda es que el ser humano alcance de algún modo lo
infinito, aunque en esta vida no lo puede alcanzar. El sentido existencial está
mas allá de la naturaleza, del mundo, del cielo azul. La filosofía deja al
hombre en los brazos de la religión, porque su racionalidad no alcanza mas y lo
deja en la mas absoluta oscuridad, en el silencio de la nada.
Los cristianos
mantenemos la Biblia como palabra
sagrada pero no en el sentido cabalístico que daban los hebreos a Yahvé. En la
cábala hebrea, los sonidos y las formas de las letras se consideraban los
auténticos elementos de la realidad, de modo que el cabalista podía utilizar su
fuerza con solo nombrar las cosas, los ángeles o incluso a Dios. La Biblia usa
figuras. La Ley se presentaba como la sombra de los bienes venideros, pero no
era la misma imagen de las cosas. Los sacrificios no eran perfectos, porque,
como dice el autor de Hebreos, la sangre de los toros y los machos cabríos no
puede quitar los pecados. Sin embargo los cristianos creemos que el La Palabra
se hizo carne y habiendo (Cristo) ofrecido una
vez para siempre el sacrifico por los pecados se ha sentado a la diestra
de Dios (Hebreos 10:12) La solución del hombre sigue siendo Cristo en quien
vaciamos nuestras cargas, angustias e inseguridades, porque Cristo es mas que
una palabra cabalística.
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