Manuel de León.- marzo 2004
El terrorismo es la otra cara
del orden que globalmente se pretende instaurar. Los diseñadores del orden
internacional buscan cómo eliminar esa lacra
terrorista que ya no solo es instrumento de los disidentes políticos, ni
de las ideologías utópicas sino también de los que defienden la diversidad
cultural y los derechos mas elementales. Cuando el dolor aflige a una nación,
porque algunos de sus hijos han caído en las crueles y despiadadas garras de
los sembradores del espanto y el pavor, son muy difíciles de analizar las
razones del terror. Sin embargo tenemos que preguntarnos todos si los conceptos
clásicos de soberanía, si las integraciones parciales o excluyentes, si los
poderes fácticos de los bloques militares, políticos o comerciales van a ser
capaces de dar respuesta global a los apremiantes problemas de los oprimidos.
Desde nuestra visión pesimista del hombre creemos que no. Es necesario que el
hombre se sienta criatura nueva, que sea engendrado por Dios para ser de nuevo
hecho hijo suyo, y desde esa dignidad solo podremos tener un mundo mejor.
Cuando
en el diseño global no entra Dios, en vano trabajarán los que edifican. La
tierra y los seres humanos que la pueblan, aunque eliminasen el terrorismo,
tendrían nuevos motivos para ver el mundo resquebrajarse. No solo los
terroristas escupirán su locura y matarán gente, sino que los mismos efectos
harán sangrar a familias enteras cuando los narcotraficantes descarguen sus fardos
de muerte. La ley Friedman sobre la libertad de las drogas, en lugar de control
o prohibición, nadie la puede creer. Y en este caso habrá que pensar en el
efecto dominó de quienes se mueren de hambre porque sus materias primas son tiradas de precio por los monopolios y
necesiten recoger hoja de coca que es mas rentable.
También la destrucción de medio
ambiente, mata. Los que contaminan, matan. Los peligros en los ecosistemas, los
riesgos de la biodiversidad, la erosión y desertización de la tierra, la
energía nuclear, son manifestaciones de un peligro real para la humanidad.
Aunque se imponga el concepto de Deuda Medio Ambiental o se formen consejos de
Seguridad Ambiental, la crisis se mantendrá mientras el poder lo detenten los
mismos.
Una larga lista de terroristas de la tierra aparece cuando
miramos el mercado de armas, con su alta tecnología preparada para matar.
Los millones de minas que matan inocentes
o los dejan lisiados, la liquidación de armas biológicas y de alta letalidad o
la bomba atómica de bolsillo, nos llevan
de la leyenda a la mas cruda realidad. Pero hay otras realidades que no
explotan, pero que provocan desajustes y las mareas humanas sufren. Muchas de
las tesis del economista Lester Thurow para quien los fundamentalismos se
producen en los países islámicos por la inseguridad que engendra la
globalización, son profecías autocumplidas
En
Isaías, 45 hay unos textos impresionantes sobre la soberanía y control de Dios
sobre las cosas. Dios usa a Ciro, rey poderoso y no creyente en Dios, y le
dice: “Yo iré delante de ti y enderezaré lugares torcidos; quebrantaré
puertas de bronce y cerrojos de hierro haré pedazos. Y te daré los tesoros
escondidos y los secretos muy guardados para que sepas que yo soy
Jehová......... que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo
la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto” Cuando vemos las mafias
internacionales de la corrupción, las
diferencias tan abismales entre ricos y pobres, las riadas humanas de
inmigración con los conflictos de xenofobia y crisis de identidad, los
terrorismos de Estado o de guerrillismo en América Latina o de fundamentalismos
religiosos ¿nos extrañaremos de que Dios permita la adversidad para que nos
demos cuenta de que Él no es ajeno a este mundo?
Algunos
consideran que la opresión es la ecuación trágica entre terrorismo y religión
fundamentalista. Sería esta formula demasiado frívola pero podría enunciarse en
estos términos: opresión mas religión igual a terrorismo. No porque la religión
en este caso sea el opio del pueblo sino todo lo contrario, una fuerza de
liberación y de quebrar cadenas y yugos. Los diseñadores del orden mundial
tendrán que tener en cuenta a la religión en su sentido iluminador y, no tanto
ese otro donde la pasión religiosa reduce a Dios a la estatura de un pigmeo al
que hay que defender. Muchos de los terroristas creen que sus obras les
salvarán y morir en la jihad es un pasaporte hacia el cielo. Sin embargo los
cristianos no mantenemos la teología de la gloria sino la de la cruz. No
consideramos que matar a los no creyentes sea una obra grande y noble que nos
llevará a la gloria, sino todo lo contrario. Los creyentes cristianos
encontramos en la cruz de Cristo el motivo para la paz, para el perdón, para la
entrega a los demás. La espiritualidad que da origen al terrorismo tiene unos
componentes mas allá del martirio y son el legalismo y la teología de la
gloria. La teología de la cruz solo engendra agradecimiento y concordia entre
los hombres.
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