El behemot y el leviatán son dos animales citados
en Job, 40 y 41. El behemot es un animal de enormes dimensiones, que vive en
tierras húmedas, que come hierva, tiene una enorme cola como la de un cedro,
unas espinas como barras de hierro y muy alto y fuerte. El leviatán también es
un animal grande con aliento de fuego. Como algunos han señalado tiene un
mecanismo como el escarabajo bombardero que produce una explosión, teniendo el
leviatán un mecanismo parecido que le permitiría lanzar fuego: “Su aliento
enciende los carbones, y de su boca sale llama...” Job 41:1-34. La Biblia
inglesa de King James suele usar
“dragón” mas de 20 veces y la católica española de N.C. traduce por el contexto
unas veces dragón o cocodrilo, aunque por ejemplo en el Salmo91:13 traduce:
“Pisarás sobre áspides y víboras y hollarás al leoncillo y al dragón”. Lo que
queda claro es que ambas versiones no dan un uso mitológico a estos animales
raros para nosotros, sino pleno
significado real.¿Estamos pues hablando de dinosaurios reales?
Aunque no seamos expertos en estos temas, sino
que mantenemos esta mínima curiosidad bíblica y científica, no se nos escapa
que esto tiene gran trascendencia frente a la teoría de la evolución. De los
setenta millones de años que los evolucionistas calculan de la existencia de
los saurios, nosotros estamos hablando como mucho de 7300 años, en los que el
hombre convivía con estos dinosaurios. Los que ya venimos de vuelta de tanta
literatura fantástica sobre la teoría de la evolución, especialmente de la gran
evolución o del salto de una especie a otra, ya estamos curados de las
fantasías en las que por el azar y la necesidad nace la vida, de lo inanimado
se llega a lo animado y posteriormente al espíritu del hombre. Cada cual cuanta
lo suyo, pero la realidad es que no se tiene una explicación mínimamente digna
frente a las enormes realidades de los registros geológicos, biológicos o, como
en este caso, historico-bíblicos también.
Dice un experto como es Santiago Escuaín, que el
gran público no recibe una información veraz. No se explica con claridad la
imposibilidades del “azar” en los procesos evolutivos, puesto que si damos
siete mil millones de años para la
creación de la vida tendríamos que dar billones de años para los procesos
evolutivos superiores. Por esta causa tendrían que existir otras leyes
naturales con fuerzas físicas, químicas o biológicas diferentes. Los estratos
fósiles no contienen un nivel evolutivo de menor a mayor, sino que se mezclan
organismos complejos con otros simples. Del mismo modo que en los estratos fósiles hay una época de mil
quinientos millones de años sin evidencia fósil. El origen de los vertebrados,
anfibios o aves no presentan características morfológicas que hagan sospechar
en ese salto evolutivo, sino que mas bien, lo que se ha presentado como
pruebas, estaba falsificado o manipulado deliberadamente. Así pues, para
Escuaín estaríamos con el problema de la evolución ante una hipótesis de
trabajo mas.
Los descubrimientos geológicos y antropológicos mas recientes van en esta
dirección de devaluar la evolución frente al Método Científico. Si Atapuerca en
España parece reverdecer con sus hallazgos la evolución, sin embargo es mas
divulgación mediática que comprobación
científica. En otros lugares como en el corazón de Texas, en el río Palixi aparecen huellas de dinosaurios al
lado de las huellas del hombre. La Biblia, pues, no estaría describiendo en Job
animales mitológicos sino reales. Las dificultades de tamaño de los dinosaurios
para entrar en el Arca de Noe tienen explicación suficiente, pues como dice la
enciclopedia Compton´s : “Los dinosaurios bebés
crecían rápidamente y, en algunos casos, aumentaban su tamaño hasta 16,000
veces antes de alcanzar una edad adulta". Así mismo los procesos de
hibernación en estos animales, o estas especies metidas en el Arca en huevos
fecundados, dejarían espacio suficiente en el arca y no necesitarían comida. El
tamaño del Arca se narra en Génesis 6:15. Los descubrimientos de
creacionistas como Carl Baugh Ph. D. nos dicen: "Había espacio de carga
suficiente en el arca para cargar todos los tipos de animales terrestres vivos
y extintos de que se tienen conocimiento hasta hoy, además de alimentos para
todos ellos, y todavía quedaría casi la mitad del espacio de carga del arca
disponible.".
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